2 jul 2007

Ecos alemanes

aqui y aqui.

El estreno

Aplausos para Couceyro


Aplausos para todos


Aplausos para Farace y Couceyro


Champagne para todos en el Schill-out del Nationaltheater Mannheim

Todas las fotos del 16 de junio de 2007.

Mannheim: el ensayo general

La entrada


Poniendo todo en orden antes de empezar: Guten Abend.


Devuélveme mis besos 1


Devuélveme mis besos 2


Videoteca


La doncella de Orleans


La carta


"Esta noche estoy sola en la noche."

Mannheim: preparativos para el estreno

El armado
(Pastorino, Puppo, Couceyro y Tufró)


Algunas indicaciones
(Tantanian, Couceyro, Puppo)



Colgado de la muestra de fotos
(Puppo y Tufró)


Bestie Mensch en las calles de Mannheim
(Donegana por Donegana)


Un tranvia Bestie Mensch


Prueba de luces sobre la mesa con Farace

Todas la fotos © Ernesto Donegana

28 jun 2007

Compañia Pablo Soler

El equipo de La libertad.
(de izquierda a derecha: Oria Puppo, Ernesto Donegana, Alejandro Tantanian, Analia Couceyro, Ariel Farace, Martin Tufro, Jorge Pastorino)

12 jun 2007

Último ensayo en Solitude







Ensayo del 12 de junio de 2007 en la Akademie Schloss Solitude, Stuttgart.

11 jun 2007

1 jun 2007

Los que somos

Compañía Pablo Soler - Argentinien / Argentina

Freiheit /
La libertad
von / de
Ariel Farace, Alejandro Tantanian & Martín Tufró

Deutsch von / Texto en alemán de
Tanja Olbricht


mit / con
Analía Couceyro
Ariel Farace

Fotoausstellung / Exposición fotográfica
Ernesto Donegana
Video
Ariel Farace & Martín Tufró
Videoaussagen / Testimonios en video
Valentina Liernur & Tom Weber
Regie und Produktionassistent / Asistente de dirección y producción
Martín Tufró

Licht / Luces
Jorge Pastorino
Bühne & Kostüm / Escenografía & vestuario
Oria Puppo
Musikauswahl & Inszenierung / Musicalización & dirección
Alejandro Tantanian

Auftragswerk der / Trabajo por encargo del
14. Internationalen Schillertage
Eine Produktion / Una producción del
Nationaltheater Mannheim
Mit freundlicher Unterstützung / Con el auspicio de
Akademie Schloss Solitude & Goethe-Institut Buenos Aires


Wir danken / Agradecimientos

Cecilia Gettner & Hartmut Becher (Goethe-Institut Buenos Aires) / Matías Vértiz / Romina Paula / Olga Honczar & Rafael Farace / Walter & Elena Tufró / Francisco Tufró / Laurent Berger

En preparación



... se va armando La libertad / Fotos enviadas desde Mannheim

28 may 2007

"La libertad es también la soledad"




Gesang der Geister über den Wassern

Des Menschen Seele
Gleicht dem Wasser:
Vom Himmel kommt es,
Zum Himmel steigt es,
Und wieder nieder
Zur Erde muß es,
Ewig wechselnd.

Strömt von der hohen,
Steilen Felswand
Der reine Strahl,
Dann stäubt er lieblich
In Wolkenwellen
Zum glatten Fels,
Und leicht empfangen
Wallt er verschleiernd,
Leisrauschend
Zur Tiefe nieder.

Ragen Klippen
Dem Sturz entgegen,
Schäumt er unmutig
Stufenweise
Zum Abgrund.

Im flachen Bette
Schleicht er das Wiesental hin,
Und in dem glatten See
Weiden ihr Antlitz
Alle Gestirne.

Wind ist der Welle
Lieblicher Buhler;
Wind mischt vom Grund aus
Schäumende Wogen.

Seele des Menschen,
Wie gleichst du dem Wasser!
Schicksal des Menschen,
Wie gleichst du dem Wind!

(1779)

Johann Wolfgang von Goethe

25 abr 2007

Bronce

Busto de Schiller en el Central Park, N.Y.

Random Don Carlos


“Ya veo tu alma sangrar por la venenosa mordedura de serpiente del recelo” (Carlos – I, I)

“Necesito amor… Un secreto espantoso me quema en el pecho. Tiene… tiene que salir. En tu gesto pálido quiero leer mi sentencia de muerte… Oye… Quédate petrificado… pero no respondas nada… Amo a mi madre.” (Carlos – I, II)

“Un hijo ama a su madre. Los usos del mundo, el orden de la naturaleza y las leyes de Roma condenan esa pasión. Mi pretensión choca terriblemente contra los derechos de mi padre. Lo siento, y, sin embargo, amo. Este camino conduce únicamente a la locura o al patíbulo. Amo sin esperanza… pecaminosamente… con angustias de muerte y con riesgo de mi vida… Bien que lo veo, y, sin embargo, amo.” (Carlos – I, II)

“El pecho agobiado por duras cargas se aligera con las palabras.” (Marqués de Poza – I, II)

“¿Por qué de mil padres me ha sido dado a mí precisamente ese padre? ¿Y a él precisamente este hijo entre mil mejores? Dos contrarios más incompatibles no los ha hallado la naturaleza en todo su orbe. ¿Cómo pudo unir a la fuerza con un vínculo tan santo los dos últimos extremos del género humano… a mí y a él?... ¡Destino terrible! ¿Por qué tenía que ser así? ¿Por qué dos hombres que siempre se evitan han de encontrarse terriblemente en un mismo deseo?” (Carlos – I, II).

“La violencia es siempre un gigante para el débil.” (Marqués de Poza – I, IV)

Carlos, a los pies de la reina: “No me levantaré… Quiero quedarme aquí eternamente de rodillas. Quiero yacer fascinado en este lugar, echar raíces en esta postura.” (I, V)

“Yo ya no amo” (La Reina – I, V)

“Yo siento quién soy.” y “¡Dadme algo que estropear, padre!... La sangre arde con violencia en mis venas… ¡Veintitrés años, y sin haber hecho nada por la inmortalidad! He despertado, me siento a mí mismo… La voz que me llama al trono real me alza del sueño, como un acreedor, y todas las horas perdidas de mi juventud me amonestan en voz alta como deudas de honor. Ha llegado el momento grande y bello que por fin exige de mí los intereses del elevado talento a signado: la historia universal me llama…” (Carlos – II, II)

“El amor sólo lo conoce quien ama sin esperanza.” (Carlos – II, VIII)

“Princesa, es como si el mundo ardiera a mis espaldas.” (Carlos – II, VIII)

“¡Poesía!... Nada más… Mi cerebro se dedica con frecuencia a hacer pompas extrañas, que rápidamente, lo mismo que han surgido, estallan en el aire.” (Carlos – II, VIII)

“Estoy agotada… Todas mis tentativas resbalan sobre este hombre extraño, escurridizo como una serpiente.” (Princesa de Eboli – II, VIII)

“¡El amor es lo único en el orbe de esta tierra que no tolera más comprador que a sí mismo! El amor es el precio del amor.” (Princesa de Eboli – II, VIII)

“Las reinas no saben amar… una mujer capaz de amar no entiende mucho de coronas.” (Princesa de Eboli – II, VIII)

“Un amor sin esperanza no subsiste en esta lucha.” (Princesa de Eboli – II, VIII)

“Hay espadas de doble filo, amigos inciertos… Yo los temo. Es difícil distinguir a los hombres, pero más difícil aun es conocerlos hasta el fondo.” y “Ese espíritu es terrible en ese cuerpo…” (El Padre Domingo – II, X)

“El paisaje es como yo me lo deseo… Todo está aquí callado, como un misterio.” (Carlos frente al río Manzanares – II, XIV)

“Tu corazón ha muerto.” (Marqués de Poza – II, XV)

“¿Qué? ¿Las luces se han consumido ya? ¿Es posible que ya sea de día?... hoy he perdido mi sueño. Recíbelo, naturaleza. Un rey no tiene tiempo para recuperar noches perdidas; ahora estoy despierto, y el día debe comenzar.” (El Rey – III, I)

“Calumnia es el nombre de la mujer” (El Rey [que leyó Hamlet: “Debilidad, tu nombre es mujer.” I, II] – III, II)

“El encanto de la belleza ata las lenguas de todos los hombres.” (Duque de Alba – III, III)

“¿Vos queréis plantar para la eternidad y sembráis muerte? Una obra conseguida tan a la fuerza no sobrevivirá al espíritu de su creador.” (Marqués de Poza – III, X)

“A las almas grandes el amor las hace mas grandes.” (Carlos – IV, V)

“¿Por qué mostrarle al que duerme los nubarrones de la tormenta que se ciernen sobre su cabeza?... Basta con que los haga pasar silenciosamente a tu lado y que cuando despiertes el cielo esté claro.” (Marqués de Poza – IV, VI)

“¿Le pertenece la dulce armonía que duerme en el arpa al comprador que la vigila con oído sordo? El ha comprado el derecho de destrozarla, pero no ha comprado el arte de evocar el sonido de plata y deleitarse en el goce del amor. La verdad es una realidad que existe para el sabio, la belleza para un corazón sensible.” y “¡Oh, Dios! La vida es verdaderamente bella.” (Marqués de Poza – IV, XXI)

“¿Naturaleza? Yo no conozco ninguna. La consigna es ahora crimen. Los vínculos de la humanidad están divididos.” (Carlos – V, IV)

“Para mí ya no hay nada importante en este mundo.” (Carlos – V, VI)

“El mundo es todavía mío por un atardecer.” (El Rey – V, IX)

“Desafiaré a las apariencias… Ya no temblaré delante de los hombres, quiero ser audaz de una vez, como un amigo. Mi corazón hablará.” (La Reina – V, XI)

“CARLOS.- (…) ¡Silencio! ¿No has oído nada? (Un reloj da la hora.) // LA REINA.- No oigo más que la campana terrible que da la hora de nuestra separación.” (V, XI)

“¿Está muerta? ¡Oh, cielos y tierra!” (Carlos sobre su amor – V, XI)

22 abr 2007

Testimonio luxemburgués

Mi nombre es Tom We, tengo 27 años y trabajo hace unos años en la Hostería Wallenstein en Echternach, Luxemburgo. La hostería pertenece a mis padres y yo me crié allí, en la planta superior. Entre el 15 y el 18 de marzo de 1986 hay un registro en los cuadernos de la Hostería que aseguran la estadía de un Pablo Soler, de profesión médico, argentino, en Echternach. Recuerdo ese nombre porque en ese entonces estaba aprendiendo a leer y leía con avidez todo lo que tenía a mi alcance: carteles, diarios, etiquetas de productos… Cualquier cosa. Entre esas lecturas se encontraba el cuaderno de registros de la hostería donde me sorprendió encontrar un nombre de esas características y mucho mas la palabra argentina. Pregunté a mis padres que me hablaron de un país brasilero en América del Sur. Es decir, lejos, muy lejos.
No. No recuerdo haber visto en persona a Pablo Soler. Sólo recuerdo su nombre escrito por la letra de mi padre en el cuaderno de tapas negras de la hostería.
Echternach es una ciudad muy bonita, así que invito a todos los que pasen por aquí a hospedarse en la Hosteria Wallenstein.

18 abr 2007

Random La Doncella de Orleáns

La Firma de Juana.


¿Inés Sorel, la manceba, es algo de Julian Sorel de Le Rouge et le Noir de Stendhal? Recordar el título del capitulo diecinueve, tan a fin a Pablo: “Pensar hace sufrir”. Y: “Es cierto que había leído que la proximidad de la muerte desinteresa de todo.” (274)

“A mi entender, un amor fiel ayuda a soportar las más graves penas.” (Tibaldo - I, Prólogo)

“Aléjate de este árbol, renuncia a tu amor por la soledad, cesa de escarbar la tierra a media noche, en busca de raíces... déjate de componer brebajes, y de trazar signos misteriosos sobre la mesa. Los malos espíritus viven junto a la superficie de la tierra, siempre alerta, y con el oido pegado al suelo. En cuanto se escarba un poco, lo oyen en seguida. Consiente en no quedarte sola; mira que en la soledad tentó Satanás al mismo Dios del cielo.” (Tibaldo - II, Prólogo)

“Como en el verano el espeso enjambre de abejas en torno de la colmena, como nubes de langostas que oscurecen el sol y cubren la campiña por millares, se arroja a las llanuras de Orleáns confusa bandada de pueblos diversos, y suena en el campamento una mezcla ininteligible de todas las lenguas.” (Bertrán – III, Prólogo)

“Como se estrechan las ovejas, tímidas y recelosas al aullido del lobo, los franceses, olvidados de su antigua gloria, se apresuran a refugiarse en sus fortalezas.” (Bertrán – III, Prólogo)

“Blanca paloma alzará el vuelo, y como el águila audaz caerá sobre los buitres que despedazan la patria.” (Juana - III, Prólogo)

“¡Adiós, montañas; adiós, pastos, y vosotros tranquilos valles, adiós! Ya nunca más hollará Juana vuestros senderos, Juana os dirige su eterno adiós. ¡Prados que yo regaba, árboles que planté, seguid reverdeciendo! ¡adiós, grutas sonoras y frescos manantiales! ¡Eco, dulce voz de este valle, que tantas veces respondiste a mis cantos, Juana se aleja... para siempre!
“Para siempre os dejo, ¡oh lugares, que fuisteis testigos de mis inocentes dichas! Id y
dispersaos por la llanura, ovejas mías; dispersaos, abandonados rebaños; otros rebaños
me reclaman ahora, y es fuerza que los conduzca a través de los ensangrentados campos
del peligro. Tal es la orden del Espíritu que me llama; no me atrae la vanidad, no obedezco a terreno afecto.
“El Dios que se apareció a Moisés en las cimas del Horeb y en la zarza ardiendo para
mandarle que resistiera a Faraón; el Dios que supo armar en su defensa a un niño, al pastor Isaías, y se mostró siempre propicío a los pastores, este fue quien me habló también bajo la copa de este árbol, y me dijo: “Ve a dar testimonio de mí en la tierra. Revestirás tus miembros de metal, y cubrirás de acero tu delicado pecho. Jamás arderá en tu pecho la llama del amor humano, ni avivará en ti ilícitos deseos, mas yo te haré ilustre en la guerra entre las demás mujeres. Cuando los más valientes flaquean y van a consumarse los destinos de Francia, pongo en tus manos mi oriflama. Como el segador las mieses, aterrarás a los vencedores y detendrás a la victoria; que te sus cité para salvar a esta nación, para que libertes a Reims y corones a tu Rey.”
“Dios me debía una prenda de su predilección, y me envía este yelmo que comunica a mi cuerpo fuerza sobrenatural, e infunde en mis venas el fuego sagrado de los ángeles. Siento que me impele, que me arrebata al combate con la impetuosidad del torbellino. ¡A las armas! ¡El corcel se encabrita!... ¡resuena el clarín!” (Juana - IV, Prólogo)

“Ensillemos nuestros caballos de batalla. Vibre el sol sus rayos sobre nuestras corazas, tengamos por dosel las nubes, por almohada las piedras.” (Inés – IV, Acto I)

“Juana es mi nombre, venerable señor. Nací en tierra de mi Rey, en Domremy, diócesis de Toul. Soy la humilde hija de un humilde pastor, y pasé la infancia guardando los ganados de mi padre. Oía sin embargo hablar mucho de un pueblo de isleños, venidos a través del Océano, para esclavizarnos e imponernos por la fuerza un rey extranjero que Francia no quería. Oí decir también, que la gran ciudad de París estaba ya en poder de ese pueblo, que iba a conquistar el reino entero. Yo rogaba a María, madre de Dios, que alejara de nosotros el oprobio de la esclavitud y nos conservara nuestro Rey. A la entrada de mi pueblo natal hay una imagen de la Virgen, muy visitada por gran número
de peregrinos, y junto a ella una vieja encina, famosa por sus milagros. A su sombra solía apacentar mis ganados, y me sentía atraída hacia aquel lugar. Cuando perdía en la montaña uno de mis corderos, bastaba que me hubiese dormido a la sombra de la encina, para que le encontrara en seguida. Y ocurrió que una noche sentada debajo de aquel árbol, con piadoso recogimiento, y esforzándome en vencer el sueño, se me apareció de repente la Virgen María, llevando en una mano una espada, y en la otra un estandarte, pero vestida, como yo, de simple pastora, y dijo: “Soy yo, Juana, levántate y deja tus rebaños, que Dios te impone otros deberes. To ma ese estandarte, ciñe esa espada, extermina a los enemigos de mi pueblo, conduce a Reims al hijo de tu Rey y coloca en su cabeza la corona real.” Y yo le dije: “Pero ¿cómo voy a hacerlo, si soy una débil mujer, ignorante del arte de la guerra?” Y ella me dijo: “Nada es imposible a la casta virgen que sabe resistir al amor terreno; toma ejemplo de mí, que soy también una simple virgen como tú y di a luz a Dios Nuestro Señor y participo de la divinidad.” Diciendo esto, tocó mis párpados, y vi cubrirse de ángeles el cielo, y llevaban en las manos flores de lis, y al son de melodiosa música se esparcieron por los aires. Por tres noches consecutivas la bienaventurada María se me apareció así y me dijo: “Juana, levántate, que el Señor te llama a otros deberes. Y cuando llegó la tercera noche, su mirada era severa, y me reprendió diciendo: “El deber primero de la mujer en la tierra es la obediencia, y la resignación su ley, porque obedeciendo se purifica. Quien habrá obedecido en la tierra, será grande en el cielo.” Diciendo esto se despojó de sus vestiduras; y ví a la Reina del cielo en todo el esplendor de su gloria, y lentamente envuelta en nubes de oro, fue arrebatada a la celestial región de los éxtasis, donde desapareció.” (Juana – X, Acto I)

El rey es un delfín.

Juana al Rey Carlos: “Detente, noble delfín.” (X, Acto I) y “…el Hijo de María no creó para vosotros la hermosa Francia, sino para Carlos; mi señor delfín…” (XI, Acto I)

“¡Lejos de mi ánimo el deseo de firmar la paz con el delfín!” (Felipe - II, Acto II)

“¡Oh nueva edad de oro de la paz, fundada por una furia!” (Lionel – II, Acto II)

“¡Ah!... vosotros ignoráis, ¡almas flacas! de qué es capaz una madre irritada, ulcerada. Yo amo a quien me hace algún bien y odio a quien me ultraja. Precisamente porque es mi hijo y le llevé en mi seno, es más merecedor de mi odio. La vida que le di, esta vida quiero arrebatarle, si osa, temerario, desgarrar con mano impía las entrañas donde fue concebido. ¿Qué pretexto, qué derecho tenéis vosotros para despojarle, vosotros que os armáis contra él? ¿Qué crimen le echáis encara? ¿Qué ley quebrantó contra vosotros? Os incita la ambición, os incita la baja envidia. Sólo yo tengo derecho a odiarle, porque yo, yo le di la vida.” y “No hay como los franceses para galanterías.” (Isabel – II, Acto II)

“¡Huir a la vista de aquellos zorros, de los franceses que derrotamos en cien batallas! ¿Quién es esta mujer invencible, diosa del terror, que así muda de golpe la fortuna y convierte en leones el tímido ejército de cobardes gamos?” (Talbot - V, Acto II)

“Caíste en manos de la doncella, manos terribles de las que no puedes redimirte ni salvarte. Si hubieras caído en poder del cocodrilo, en las garras del tigre, si hubieras robado a la leona sus cachorros, tal vez aún podrías implorar misericordia, mas encontrarse con la doncella, es encontrarse con la muerte.” y “No invoques mi sexo; no me llames mujer. Como el espíritu inmaterial, sin lazo alguno con la tierra, no tengo sexo; bajo esta armadura no late un corazón.” (Juana – VII, Acto II)

“¡Cómo intentas fascinar a tus víctimas, sirena, con el hechizo de tu habla melosa! Mas conmigo pierdes el tiempo en vanas artimañas. Nada puede en mi oído tu mágico lenguaje, y se embotan en mi armadura los rayos de tus ojos. ¡En guardia, Dunois! Luchemos a estocadas y no con inútiles frases.” y “Siento que mi oído es más débil que mi brazo.” (Felipe – X, Acto II)

“Es mi voz la del trueno.” (Juana - X, Acto II)

“¿Lloras, Inés? También yo siento enternecerse mi ánimo en tan solemne momento. ¡Cuántas víctimas debían perecer antes que se firmaran las paces! ¡No hay tormenta
que al fin no calme, ni noche tenebrosa que no disipe el día! ¡Con el tiempo maduran
a su vez los más tardíos frutos!” (Carlos – II, Acto III)

“Y yo entre tanto, yo, autora de esta gloria, permanezco ajena a la dicha universal. Y mi corazón transformado, huye la pompa y vuela al campamento inglés... Allá, hacia el enemigo tiendo la mirada... forzada a alejarme del regocijo para ocultar la falta que me abruma... ¿A quién? ¿A mí?... ¿Yo llevo impresa en mi pecho virginal la imagen de un hombre? ¿Aquel corazón que iluminó un rayo del cielo, late a impulsos del amor humano?... ¡Sí, yo, el ángel salvador, yo el brazo del Altísimo, ardo en amor por el enemigo de mi patria! ¡Y lo confieso a la luz del día, y no muero de vergüenza!” (Juana – I, Acto IV)

“No puedo seguir aquí... ¡Los ángeles me rechazan!... Para mí retumban como el trueno las dulces voces del órgano, las naves de la iglesia me abruman... necesito aire, espacio, libertad! (…)Lejos están de mí, muy lejos como los felices días de mi infancia y mi inocencia.” y “Cuando apacentaba mis ganados en nuestras montañas, entonces
era dichosa como si estuviera en el paraíso.” (Juana - IX, Acto IV)

“¿Dónde estuve? Decídmelo... Todo eso no fue más que un prolongado sueño del que despierto ahora... ¿Abandoné nunca Domremy? No; me dormí a la sombra del árbol encantado, y ahora despierto y me hallo entre vosotros, mis queridos y familiares compañeros. Reyes, batallas, guerras... sueños, visiones que pasaron por delante de mis ojos... Bajo el árbol... se sueñan tales cosas que parecen verdad. ¿Cómo habéis venido a Reims? ¿Cómo me hallo yo misma aquí? Jamás, jamás salí de Domremy... confesadlo francamente... devolved la alegría a mi corazón.” (Juana - IX, Acto IV)

“¡Terrible tempestad!... El cielo amenaza fundirse en agua... negro como boca de lobo, en mitad del día... ¡Si parece que anda suelto el infierno!... Treme la tierra, los fresnos centenarios crujen con espantoso estrépito, abatidos por el viento... Y tan horrible guerra que doma a las mismas bestias feroces, y las fuerza a ocultarse en sus madrigueras, no será bastante a traer la paz entre los hombres.” (El Carbonero – I, Acto V)

“…En tales tiempos vivimos, que hasta las mujeres deben ponerse la coraza.” (La Mujer del Carbonero – II, Acto V)

“Conozco las plantas y las raíces. En otro tiempo aprendí de las ovejas a distinguir la planta salutífera de la venenosa. Sé leer en las estrellas y en las nubes, y entiendo lo que dice el rumor de ocultos manantiales. Poco necesita la criatura, y la naturaleza encierra tesoros de vida.” (Juana – IV, Acto V)

“¡Cómo! ¿Tiene alas esta mujer?” (El Soldado – XII, Acto V)

“Todo acabó. Estáis viendo morir a un ángel.” (Felipe – XIV, Acto V)

“¿Veis allá arriba el arco-iris? El cielo abre sus puertas de oro. Ella está resplandeciente en medio de sus coros de ángeles, con el eterno Hijo en la falda, y extendiendo sonriente hacia mí sus brazos. ¿Qué siento, Dios.mío?... Ligeras nubes me levantan y se convierte en alas mi grave armadura... Se hunde la tierra a mis plantas... ¡En lo alto!... ¡en lo alto!... ¡Breve es el dolor; eterna la dicha! (La bandera se desliza de sus manos. JUANA cae muerta. Los presentes la rodean con muda emoción. A una seña del Rey, cubren cuidadosamente su cuerpo con los estandartes.)” (Juana en el fin – XIV, Acto V)

16 abr 2007

Kaspar Hauser

El lunes de Pentecostés del 26 de mayo de 1828 apareció en la Puerta Nueva de Nuremberg (Baviera, Alemania) un niño salvaje de unos 16 años de aspecto descuidado. Llevado a una comisaría apuntó el nombre de "Kaspar Hauser". En una carta al militar Friedrich von Wessing que llevaba el chico se nombró igualmente este nombre. Además mencionó la fecha de nacimiento como el 30 de abril de 1812.
Por su historia fue conocido como "el muchacho venido de ninguna parte".
Su estado mental era tal que levantó el interés de juristas, teólogos y pedagogos que llevaron a cabo multitud de ensayos y que le enseñaron a hablar, leer y escribir. Su mentor y representante legal Anselm von Feuerbach describió que en un principio la leche y la carne le daban asco a Kaspar y que sólo se alimentaba a pan y agua. Se descubrió asimismo que había sido mantenido cautivo durante mucho tiempo aunque nunca se consiguió levantar el secreto de su proveniencia.
Ya durante su vida hubo diferentes rumores sobre sus posibles padres. Anselm von Feuerbach estaba convencido de que se trataba de un príncipe de Baden que había sido sustituido por un niño moribundo por causas dinásticas.
Ni siquiera se pudo averiguar su procedencia mediante análisis genéticos. En 1996 la revista alemana Der Spiegel y la ciudad de Ansbach mandaron analizar unas manchas de sangre encontradas en unos calzoncillos que pertenecieron supuestamente a Kaspar Hauser. Según el resultado de este análisis, el sujeto no era miembro de la familia reinante de Baden. En un análisis realizado en 2002 sobre material genético de otra prenda guardada en el museo de Kaspar Hauser y de la herencia de Anselm von Feuerbach se llegó a otra conclusión. Según este resultado había una gran concordancia, aunque no del 100%, con la huella genética de Astrid von Medinger (una descendiente de la esposa de Karl von Baden). Otro de los grandes misterios que rodean el caso es su propia muerte. Los médicos que llevaron a cabo la obducción concluían que era muy difícil que el mismo pudiera haberse provocado las heridas que llevaron a su muerte y que el escrito encontrado a su lado no indicaba nada concreto.
La hipótesis más reciente añade otra variante a las especulaciones ya existentes. Según esta teoría podría tratarse del hijo ilegítimo de Napoleón Bonaparte con Stephanie de Beuharnais, la esposa de Karl von Baden. El matrimonio no era muy feliz y podría haberse producido un encuentro entre Stepahie y su ídolo Napoleón antes de su guerra contra Rusia. Existen varias similitudes físicas entre Kaspar y Napoleón II. La misma distancia entre la nariz y el labio superior, barbillas similares o la misma frente. Hay que tener en cuenta de que un hijo extramatrimonial hubiese sido poco deseado tanto por parte de Napoleón como por la dinastía de Baden.
Esta teoría explicaría por qué Kaspar había pasado sus primeros años de vida en palacios (según sus propios recuerdos) y sólo después, tras la destitución de Napoleón, se le escondió. Una primera parte de su captura la habría pasado en unas mazmorras cerca de Laufenburg. A esto apunta un mensaje encontrado en una botella y escrito presuntamente por otro encarcelado benévolo diciendo "...mi zulo se encuentra bajo tierra y es desconocido incluso a él que me ha robado el trono". Se trataría en este caso del trono de Francia aunque un hijo ilegítimo no hubiese tenido derecho a ocuparlo como emperador.
La segunda parte de su cautividad la pasó probablemente en el palacio de Pilsach a tan sólo unos 35 km de Nuremberg, donde fue encontrado. En este pequeño castillo se encontró en 1924 por azar una habitación escondida que concuerda con la descripción dada por Kaspar Hauser. Durante unas reformas en 1984 se encontró además un caballo de juguete que también aparece en las descripciones de Kaspar Hauser y restos de ropa.
El fenómeno de Kaspar Hauser ha inspirado numerosos autores, científicos y productores de cine. Unos ejemplos serían el drama Gaspar Hauser (1838) del escritor francés Franzosen Adolphe Philippe Dennery, la novela Caspar Hauser oder die Trägheit des Herzens (Caspar Hauser o la inercia del corazón) de Jakob Wassermann (1908) además del drama Kaspar de Peter Handke.
Kurt Tucholsky utilizó el pseudónimo "Kaspar Hauser" en el género de chanson alemán.
Werner Herzog llevó la historia a la gran pantalla bajo el título Jeder für sich und Gott gegen alleCada uno por su parte y Dios contra todos). La misma historia fue utilizada de nuevo por Peter Sehr (1993) con el título Kaspar Hauser - Verbrechen am Seelenleben eines Menschen (Kaspar Hauser - crimen contra el espíritu de una persona).
En Ansbach se celebran bianualmente los festivales Kaspar Hauser. Además se ha levantado una estela en el lugar donde presuntamente Hauser fue apuñalado en 1833 y en el museo de la ciudad hay un apartado dedicado a él.
El nombre de Kaspar Hauser se utiliza también en etología. Se refiere a experimentos donde animales jóvenes son criados sin poder aprender de animales adultos. Así se puede distinguir entre comportamiento aprendido y comportamiento instintivo.
También se conoce el síndrome de Kaspar Hauser que se produce si niños crecen durante mucho tiempo sin afecto paternal o incluso contacto con otras personas.
(

Del diario de P.S.

Hacer algo útil. ¿Qué sería eso? ¿Útil para quién, y para qué? Ya no puedo creer en eso. Y sin embargo, ese fantasma me persigue todo el tiempo. Cuando decidí mi carrera, cuando trabajé durante años en hospitales públicos, cuando me puse a investigar. Llego siempre a puntos muertos, vacíos que se abren frente a mí tras el muro de “lo útil”. Nada me es útil. Y lo que les podría ser útil, no me lo reconocen.
Me quedo a solas con mi pensamiento y no encuentro respuestas. Ni estímulos externos. Pienso en crearme una nueva mitología y me siento más solo todavía.

(...)

E. me invita –me incita, casi– a unirme a su cruzada por los derechos humanos. Pero hay sólo dos que yo podría defender: el derecho a la duda y el derecho a la contradicción. Me siento humano sólo cuando puedo gozar de ellos; no puedo pensarme si no es a través de la duda y de la contradicción.

8 abr 2007

Extractos del diario de P.S. - El cine

Nana es más que un personaje. Es una niña y es mi madre y una anciana que busca consuelo. Tiene la luz de la primera, la familiaridad de la segunda y la fortaleza de la tercera. (…) Ella elige y actúa. Yo me miro al espejo en el baño del Lorraine y me asalta una pregunta que no logro formular pero la pregunta está ahí, tengo la sensación de ser interrogado pero sólo veo mi rostro en el espejo. No es angustia, tampoco furia, mucho menos alegría. Es el reposo inquieto de ser y tener rostro. Una especie de felicidad en ciernes. El rostro es la pregunta. Es eso. Cada rostro interpela a cada portador una pregunta que es el mismo rostro. Y los rostros de los otros también nos interpelan, pero esas preguntas parecen no tener respuesta. En cambio, el propio rostro promete y espera ser respondido. Nana elige prostituirse, entregarse a los otros como quien se entrega a dios, es un acto religioso, de redención. Dios está en esos ojos de mujer. Como está en esos fragmentos de La Pasión de Juana de Arco. También esta en los míos o en el reflejo que de ellos da el espejo. A veces, también está o puedo verlo en los ojos de los demás. No sé que estoy diciendo. Esa escena de Nana y el filósofo también merece algunas páginas. Pero mañana. Es hora de cerrar el cuaderno, cerrar los ojos, abandonar a dios, dormir.

"Libertad" de Agustín Magaldi

Con ansias me diste la miel de tu encanto
y así nos amamos, con honda pasión,
pasaron los años lo mismo que un sueño,
dichoso a tu lado con tanta emoción.
Y así, a tus amores atado he vivido
hasta que el cansancio mi vida golpeó,
y yo, por no hacerte sufrir, he callado
diez meses muy largos fingiéndote amor.

Y a vos
hoy lo mismo que a mi te sucede también;
el hastío tu vida llenó.
No quieres decirlo por miedo a que sufra
y callas fingiendo lo mismo que yo.
Por eso
es que quiero con mi confidencia
decirte sincero la pura verdad:
si estamos iguales y no nos queremos,
que cada cual siga con su libertad.

Por fin, ya lo sabes, no sufro. No temas,
tu caso es el mío e igual la razón;
amor resentido tan sólo fue el nuestro
mas hoy el cansancio mató esa pasión.
Estamos a tiempo, seguí tu camino,
tu ideal yo no he sido ni el mío sos vos.
¿Por qué esta comedia de amores fingidos?
¡Quedemos amigos y libres los dos!

30 mar 2007

Random Cartas Sobre La Educación Estética Del Hombre


“¿Puede consistir acaso el destino del hombre en olvidarse de sí mismo en pro de un fin ajeno? ¿Ha de ser el propósito de la Naturaleza robarnos una perfección que la razón nos promete como fin propio?” (40)

“Aterrados por la libertad, que en sus primeros pasos siempre se anuncia como enemiga, se entregarán unos en brazos de una cómoda certidumbre; mientras que los otros, desesperados de vivir en un régimen de pedante tutela, se precipitarán en la salvaje licencia del estado natural. La usurpación se defenderá con el argumento de la debilidad humana; la insurrección, con el de la dignidad humana, hasta que, finalmente, se interponga entre ambas la gran dominadora de las cosas humanas, la fuerza ciega, que zanjará la supuesta cuestión de principios, como una vulgar riña, a puñetazos.” (42)

“Ya que no en las cosas, debe de haber en los espíritus de los hombres algo que entorpece la recepción de la verdad, por muy claramente que brille; algo que se opone a la aprehensión de la verdad, por muy vivamente que convenza. Un antiguo sabio lo ha sentido y expresado en los siguientes términos, henchidos de significación: sapere aude.” (44)

“Así, pues, la ilustración del entendimiento no merece respeto, si no en cuanto que se refleja en el carácter. Pero esto no basta; en cierto modo, la ilustración ha de proceder también del carácter, porque el camino que conduce al intelecto ha de abrirlo el corazón.” (45-46)

“El hombre ha perdido su dignidad; pero el arte la ha salvado, y la conserva en venerables piedras; la verdad continúa viviendo en la ilusión, y por la copia se reconstruirá el modelo. Así como la nobleza del arte sobrevivió a la de la Naturaleza, así también la precede en el entusiasmo, creando y despertando vida por doquiera. Cuando los rayos de la verdad aun no han penetrado en lo profundo de los corazones, ya la poesía los ha percibido, y las cimas de la humanidad están iluminadas cuando la noche húmeda pesa aún sobre los hondos valles.” (48)

“¿Cómo se precave el artista contra las corrupciones de su tiempo, que por todas partes le rodean? Despreciando el juicio de sus contemporáneos. Mire siempre adelante, a su dignidad y ley propia, no hacia atrás, a la felicidad presente y a las necesidades.” (48)

“La experiencia puede contestar a nuestra pregunta de si hay belleza, y cuando nos haya instruido sobre ese punto, sabremos entonces si hay humanidad. Mas cómo puede haber belleza, cómo sea posible una humanidad, esto ni la razón ni la experiencia pueden enseñárnoslo.” (78)

“La razón, empero, pronúnciase y dice: lo bello no debe ser mera vida ni mera figura; es decir, belleza, dictando al hombre la doble ley de la formalidad absoluta y de la realidad absoluta. Por lo cual, plantea la exigencia siguiente: el hombre, con la belleza, no debe hacer más que jugar, y el hombre no debe jugar nada más que con la belleza.” (81)

“Si, pues, de lo bello se dice que es para el hombre un tránsito entre el sentir y el pensar, no hay que entender este dicho como si lo bello pudiera llenar el abismo que separa el sentir del pensar, la pasión de la acción; ese abismo es infinito, y sin la intervención de una nueva facultad independiente, nunca lo individual puede tornarse en general, lo contingente en necesario, lo momentáneo en permanente. El pensamiento es la acción inmediata de esa facultad absoluta, cuya manifestación tiene que ser ocasionada ciertamente por los sentidos, pero sin que esa manifestación dependa en manera alguna de la sensibilidad, como que más bien se anuncia por su contraposición a ella. La independencia con que actúa excluye toda extraña influencia. Y no porque la belleza ayude a pensar –cosa que encierra manifiesta contradicción-, sino porque da libertad a las potencias intelectuales y les permite así manifestarse conforme a sus leyes propias, es por lo que se puede llegar a ser un medio que lleve al hombre de la materia a la forma, de las sensaciones a las leyes, de una existencia limitada a una existencia absoluta.” (95-96)

“El impulso sensible se despierta cuando el hombre hace la experiencia de la vida, cuando comienza el individuo; el impulso racional se despierta cuando el hombre hace la experiencia de la ley, cuando comienza la personalidad. Y ahora, ya que los dos han alcanzado la existencia, está edificada su humanidad. Hasta ese momento todo en él ha sucedido por ley de necesidad; pero ahora la Naturaleza le entrega las riendas y es su incumbencia propia afirmar la humanidad que la Naturaleza dispuso y realizó en él. Porque tan pronto como los dos impulsos opuestos empiezan a actuar pierden ambos su carácter constrictivo, y la contraposición de dos necesidades la origen a la libertad.” (100)

“Así, pues, no es una metáfora poética, sino una verdad filosófica el decir que la belleza es nuestra segunda madre. Porque si bien es cierto que la belleza se limita a hacer posible en nosotros la humanidad, dejando a nuestra voluntad libre el poder de realizarla, en esto se parece a nuestra primera madre, la Naturaleza, que también se limitó a darnos la facultad de ser hombres, abandonando el uso de ella a la determinación de nuestra voluntad propia.” (106-107)

Random Kabale Und Liebe


“Cuando nuestra alma se ha saciado de horrores, los ojos ven fantasmas en todas partes.” (Luisa – III, V)

“Ella sabe hasta donde llega mi pasión. Ha visto el fondo de mi alma. Ha contemplado mi corazón en mis ojos, al rubor de nuestro primer beso... ¿Y nada sentía?” (Fernando – IV, II)

“¿Tú, bribón? ¿Como? ¿Tú?... ¿Ser acaso la polilla, en donde son raros los hombres? ¿Alargarte y acortarte siete veces en un momento, como la mariposa clavada en la aguja? ¿Llevar el registro de las idas y venidas de tu señor a ciertos lugares excusados, y ser el caballo de alquiler de su ingenio? Bien; es igual, yo te llevo conmigo como a un animal extraño. A manera de mono enseñado, bailarás tú al compás de los aullidos de los condenados, traerás lo que te manden, obedecerás, y con artificios cortesanos aliviarás un tanto su desesperación eterna.” (Fernando – IV, III)

Como un Otelo, Fernando confundido por el engaño, las apariencias.

“¡Detestable! ¡Insufrible! ¡Ojos de lince tienen las mujeres para ver los defectos de otras mujeres!” (Lady Milford – IV, VI)

“Ojos acostumbrados a llorar.” (Lady Milford – IV, VII)

Un gusano roedor de la conciencia. Ella y su gusanillo.

“¡Oh! ¡Más vale que me dejéis en mi ceguedad, puesto que sólo ella puede reconciliarme con mi funesto destino! El insecto se encuentra tan feliz en una gota de agua como en un hemisferio, tan alegre y tan bienaventurado, hasta que se le habla de océanos, en donde juegan flotas y ballenas...” y “Hasta el trono del Todopoderoso llegarán los vanos esfuerzos del gusano hollado por osada planta...” (Luisa – IV, VII)

“MILLER. (Levantándose.)- ¿Estás ahí, hija mía? ¿Estás ahí?... Pero ¿por qué tan sola y sin luz? // LUISA.- No estoy tan sola. Cuando la oscuridad me rodea por todas partes, es justamente cuando yo veo a quien me agrada. // MILLER.- ¡Dios te proteja! Sólo el gusano roedor de la conciencia vela en compañía del búho.” (V, I)

“Las letras son como cadáveres, y sólo viven a los ojos del amor.” y “¿Por qué el amor no ha inventado su nombre? Sería entonces el más dulce.” (Luisa – V, I)

“Hubo un tiempo en que se contaban uno a uno todos los segundos del día, en que el deseo de verme pendía del curso lento del reloj de pared, y se enumeraban los latidos del corazón hasta que yo me presentaba... ¿Cómo explicar ahora esta extrañeza?” y “Ya estoy tranquilo... tranquilo se dice también del país, por donde una peste ha pasado...” (Fernando – V, II)

“Dios se burla de nosotros de un modo extraño e inexplicable.” (Fernando – V, III)

“Corremos de novela en novela, de lodazal en lodazal…” (Fernando – V, VII)

22 mar 2007

Über den Zusammenhang der tierischen Natur des Menschen mit seiner geistigen

Random Tell


En el inicio la obra como: “La tormenta está a punto de desatarse.” (170 – Werni)

Pastor, cazador, pescador: el pueblo. Uso de tres caracteres para dar cuenta de la totalidad.

Incorporación del coro como especie de prólogo lírico. (En la misma época Schiller escribió el ensayo: “Sobre el uso del Coro en la tragedia”)

“A la lisita parda la conozco por el cencerro.” (171 - Seppi)

“RUODI.- ¡No os riáis de mí! Un animal irracional. // WERNI.- Nada de irracional. Los animales tienen también razón, bien que lo sabemos ‘nosotros’, los cazadores de gamuzas: cuando se ponen a pacer son tan inteligentes…” (171)

“Toda demora mata” (172 - Baumgarten)

TELL, entre otras máximas: “Es mejor que caigas en manos de Dios que en manos de los hombres.” (174)

“Un dolor callado oprime tu corazón, confíamelo, soy tu fiel esposa, y exijo la mitad que me corresponde en tu tristeza” (176 – Gertrudis)

“¡Swing Uri!” (181), Swing Pablo.

“Los bueyes, las hermosas bestias.” (184 – Melchtal)

“Siempre que se oye la puerta espero la desgracia.” (185 – Gualterio Fürst)

Violador muerto con hacha. (El cuento de Horacio Quiroga en que un tipo tropieza y se clava el machete en el pecho. Cómo se va muriendo observando la calma imperturbable a su alrededor.)

Cafrune-Schiller, uh.

“En eterna niebla.” (187 – Melchtal sobre la ceguera)

“A todo ser le ha sido dado un medio de defensa en la angustia de su desesperación: el extenuado ciervo se detiene y enseña a la jauría su temible cornamenta, la gamuza arrastra al cazador al abismo… el mismo toro de labranza, que vive mansamente con el hombre, que ha encorvado pacientemente bajo el yugo la inmensa fuerza de su cerviz, salta cuando le excitan, afila sus poderosos cuernos y lanza a las nubes a su enemigo.” (188/9 – Melchtal)

“No soy más que mi sombra, pronto seré sólo mi nombre.” (193 – Attinghausen)

Arco iris de noche (Pensamientos al respecto).

TELL, incansable: “Mi vida sólo la disfruto de verdad cuando me la tengo que ganar y apresarla de nuevo cada día.” (216)

“En toda despedida me tiembla el corazón, pensando que no me volverás. Te veo en agrestes glaciares, perdido, saltando en falso de una peña a otra, veo cómo la gamuza te arrastra consigo al abismo saltando hacia atrás, cómo un alud desatado por el viento te sepulta, cómo a tus pies cede el traidor ventisquero, y tú te hundes, sepultado en vida, en la terrible fosa…” (216 – Eduvigis)

TELL, impávido: “El monte no le asusta a quien ha nacido en él.”

TELL(!): “Él que piensa demasiado conseguirá poco.”

Árboles que sangran si se los golpea con el hacha. Sí, árboles que sangran.

“STÜSSI.- ¡Si alguna preocupación os apena, arrojadla de vuestro corazón! Apoderaos de lo que se presenta, los tiempos son ahora difíciles. Por eso el hombre tiene que apresar ligeramente el placer. Aquí se celebra una boda, en otra parte hay un entierro. // TELL.- Y muchas veces una cosa se une a la otra. // STÜSSI.- Así anda el mundo. Por todas partes hay desgracias abundantes. En Glarus ha habido un alud, y toda una ladera del Glärnisch se ha venido abajo. // TELL.- ¿También los montes se tambalean? Nada hay firme sobre la tierra. // STÜSSI.- Dicen que también en otras partes suceden cosas extrañas. Hablando con uno que venía de Baden, he oído que un caballero quería ir a ver al rey, y, cuando iba a caballo de camino, le sale al encuentro un enjambre de avispones, se arrojan sobre su caballo, hasta que éste sucumbe a los dolores, cayendo muerto al suelo, y el caballero tiene que llegar a pie al palacio del rey. // TELL.- También al débil le ha sido dado su aguijón.” (250)

“Sí, dichoso quien cultiva tranquilamente su campo y está sentado en casa entre los suyos, sin que nadie se meta con él.” (251 - Stüssi)

18 mar 2007

"Yo quiero ser un Moor!"

... fue lo que sentí aquella noche de mayo de 1962, poco tiempo después de haber cumplido mis primeros diez años. Dos días antes de mi cumpleaños había visto un afiche enorme en la esquina de casa: un león invitaba a acercarse o huir y ese león me recordó un deseo - tener un castillo con dos leones, no porque me interesen los leones pero sí para confirmar que lo que deseaba lo conseguí -. Sabía que aquel león era el primero de los dos que necesitaba tener. La obra se llamaba Los bandidos, y la unión de aquel título con aquella imagen (mi primer león) hicieron que decidiese dejar para otra ocasión la bicicleta y transformase de esta forma mi pedido:"Quiero ver Los bandidos, la obra del león que dan en el Independencia." Y así fue: el 11 de mayo de 1962, mi padre me llevó al teatro y era otro el león que te recibía, enorme, de fauces más abiertas, en las puertas de vidrio del Independencia (así, entonces, mi deseo cumplido). La sala estaba llena y los ruidos se fueron apagando mientras las luces dejaban de mostrar el telón lleno de publicidades que enmarcaba el escenario. Poco tiempo antes de que las luces bajasen, mis ojos intentaban unir las letras de todos aquellos avisos para formar el nombre del hombre que había traído los leones al barrio: Federico Schiller. Sabía que si lograba formar el nombre antes que las luces se apagasen, todo aquello sería mío para siempre. Y así fue. Ni bien rescaté la "r" que cerraba el apellido del aviso de "Casa Alberto: donde siempre se da vuelto", las luces comenzaron a bajar y fue el gran Murúa el que apareció detras de los avisos, sus ojos afiebrados y doloridos frente a las malas noticias de su hijo Karl. Cuánto dolor en el señor Moor. Todavía sigo viendo sus lágrimas cada vez que lloro. Supe aquella noche que Federico Schiller no sólo me había regalado los leones sino que también había transformado mi vida para siempre.

17 mar 2007

Fragmento de carta

Entonces, querido R., entenderás el por qué de mis dudas y de mis tormentos. He llevado al extremo mis investigaciones según los principios de la “ciencia experimental”, como ellos piden, y no he podido sacar ninguna conclusión válida. Me rechazan mis tesis en instituciones y congresos, por carecer de fundamentos comprobables y pertenecer al campo de la pura especulación. Recopilé toneladas de datos, hice mediciones de la energía que emiten los cuerpos al expirar, de los procesos neuronales, de la descomposición de la materia viva, todas observaciones que arrojaron datos “interesantísimos”, pero que no puedo ligar coherentemente con algún planteo teórico comprobable. Sigo pegándome contra esa pared que marca el límite entre materia y no materia. La materia puede transformarse en energía y viceversa, pero no puedo alcanzar el punto donde eso es observable para los procesos que yo estudio. Por qué soy Pablo Soler, médico, por qué me dedico a lo que me dedico y no a otra cosa, por qué en este momento te estoy escribiendo desde aquí en lugar de estar tomando una infusión de hierbas en la casa de Yacanto, son todas cosas que no puedo explicar, que nadie puede.
Pienso: tal vez deba renunciar, como un nuevo Lord Chandos, retirarme de mis especulaciones, para, simplemente, vivir.
Pienso: qué será para mí vivir, retirado de mis especulaciones.
Pienso: una vez más: renunciar.

13 mar 2007

Del diario de Pablo Soler

El Canova del abuelo. Finalmente me lo traje a casa.
El niño que escribe.
Siempre me fascinó y siempre lo detesté.
Me fascinaba que fuera tan perfecto, tan liso, tan blanco, tan frío. Verlo desde abajo, puesto en ese mueble más alto que yo, sin poder ver lo que escribía. Nunca dejaba de escribir. ¿Qué hacía un niño, casi desnudo, tan pequeño, ahí escribiendo? ¿Qué escribía?
Le tenía envidia, también. Por ser tan perfecto. Por ser más blanco y liso que yo. Por saber escribir desde tan chiquito. Porque quería tocarlo y ver lo que escribía, y no me dejaban.
Ahora sí puedo ver lo que está escrito en su tablita del mismo mármol del que está hecho él. “Canova”. Así, en imprenta mayúscula: CANOVA. Y nada más. (No sé qué me esperaba, pero no era eso. Aunque era lo más lógico. De todos modos nunca me imaginé así la firma de un artista. Tan clara, prolija, perfecta. Para mí los artistas firmaban en cursiva.)
Tal vez lo sigo envidiando. Él escribe. No deja de hacerlo. Y no envejece.
Y no se pregunta lo que yo siempre me sigo preguntando.
¿Por qué no fui el niño de Canova?

22 agosto 1992