
Es posible que se sienta solo algunas veces.
El dragón disfruta de su condición de diferente y a veces se escuda en ella para escapar de muchos compromisos sociales.
Los que lo conocen la pasan muy bien con él: es imprevisible.
Es independiente: por eso se los verá iniciando su propio negocio, impulsándolo con ideas imaginativas y novedosas.
Aunque no se lo digan, el dragón sabrá que siempre tiene la razón y que, aunque se equivoque, habrá sido un experimento fallido: necesario en la rueda de la evolución hacia la perfección.
El dragón, por lo que hace y dice, dará la sensación de ser de otra dimensión. Es por esto que algunos lo admirarán y se someterán a sus órdenes, otros lo odiarán e intentarán ponerle palos en la rueda para verlo caer y habrá quienes lo observarán como un bicho raro.
Ya que mucha gente no sabe muy bien cómo comportarse frente a los dragones, éstos aprendieron, desde su inteligencia, a actuar de diversas maneras para adaptarse a los demás.
Aunque el dragón es inteligente es muy posible que no se de cuenta de muchas cosas del campo de "lo humano": segundas intenciones, dobles sentidos: actitudes que tienden al engaño y a la maldad. Y por esto los dragones pueden sufrir malos momentos en su relación con los demás.
A la mayor parte de los dragones les gusta la belleza. Suelen estar poco tiempo enamorados, si es que alguna vez se enamoran.
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